Este
pasado fin de semana del 23 y 24 de abril, el grupo ``L@s Aldean@s´´ del Movimiento Junior en
Canarias, (La Aldea de San Nicolás), vivieron una nueva experiencia maravillosa
en el pequeño, pero acogedor, pueblo de El Risco de Agaete.
Durante
la tarde del sábado se realizaron diferentes actividades y dinámicas, que se
habían confeccionado con anterioridad,
con los niños y niñas que habitan el pueblo con la finalidad de
compartir momentos de risa y diversión con los presentes.
Finalizada la actividad nos pusimos en marcha para bajar a la Playa de El Risco. Un lugar perfecto y maravilloso donde pudimos activar por primera vez los sentidos y poder hablar y dar las gracias al Padre en el momento de oración, en los cantos y el momento del silencio, en la orilla de la playa.
Tras este pequeño paseo celebramos la velada nocturna, esta vez entre l@s componentes del grupo. Gracias a los diferentes ejercicios y juegos hemos podido reforzar y trabajar varios lazos afectivos que nos ayudan a permanecer unidos dentro del grupo, como son: la confianza, la amistad, el respeto, etc. Una vez terminada la velada nos dispusimos a dormir, pero no antes de contar alguna leyenda antigua, que recitaban los mayores del pueblo de El Risco, sobre ``El Charco Azul´´, nuestra visita del día siguiente.
Con
las primeras luces del día, nos despertamos con ganas de visitar este pasaje
natural y descubrir lo que allí nos esperaba, algunos aún con el miedo de lo
que pudiera pasar por las historias contadas la noche pasada.
¿Todo
listo? ¡PUES VAMOS!
Emprendimos el camino barranco arriba, sorteando piedras, algunas plantas que rodeaban el camino y pasos estrechos, hasta que al fin llegamos al Charco Azul con felicidad.
Lo que vimos nos sorprendió tanto que no podíamos dejar de mirar a nuestro alrededor y pensar cómo es posible un lugar tan bello en nuestro mundo.
Poco después
de descansar y de limpiar nuestros pulmones con el aire limpio y fresco, nos dispusimos
a celebrar la oración y rezar con los cinco sentidos dedicándonos a hablar con
Dios y abrir nuestro corazón atreves de la vista, el oído, el olfato, el gusto
y el tacto.
Una vez
terminado tocó divertirnos un rato así que...¡AL AGUA PATO! Nos remojamos en el
Charco Azul y en los diferentes charcos que se formaban a lo largo del
barranco.
Y como
todo lo bueno acaba, llego la hora de regresar a casa,
a La Aldea, donde nos reunimos y destacamos lo que más nos gustó de esta experiencia:
-
Las caminatas hacia la playa y al Charco Azul.
-
Los momentos de oración.
-
Los momentos de diversión en el Charco Azul.
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Las dinámicas y juegos con los niños y niñas de El
Risco.
-
La estancia en el pueblo.
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La conectividad entre las personas del grupo.
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El paisaje.
-
La velada nocturna.
Esta es
nuestra experiencia y nuestras conclusiones vividas este fin de semana,
esperamos volver a repetir más experiencias como esta ya que son muy enriquecedoras
física y mentalmente.
A LA PRÓXIMA SE VIENEN TOD@S USTEDES TAMBIÉN,.....
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